Aunque nos encontramos de pleno en la era digital (la que muchos denominan también la cuarta revolución industrial o revolución tecnológica) y muchas de las tareas y trabajos que hace años atrás se realizaban manualmente ahora se han digitalizado, el bolígrafo y el papel nunca van a desaparecer del todo. Al menos no lo van a hacer a corto plazo -y eso es una genial noticia para Deskidea 😉
Como ya vimos en posts anteriores, existen muchos tipos de bolígrafos y rotuladores, y aunque no entramos muy en detalle ni a categorizar de forma sistemática los diferentes modelos disponibles, la oferta es realmente enorme. Esto es sin duda una señal inequívoca de que seguimos escribiendo mucho pese al uso cada vez más extendido de teclados y pantallas táctiles. En la guía de este mes vamos a analizar un producto complementario a los bolígrafos y rotuladores: los cuadernos.
Bloques de notas y etiquetas
Imprescindibles para tomar notas rápidas, los denominados “post-it” son muy útiles para dejar notas rápidas y recordatorios.
Blocs de notas
Camareros, carpinteros, profesionales de los trabajos manuales y obreros y hasta artistas e intelectuales mundialmente famosos y de la talla de Picasso, Matisse o Ernest Hemingway usaron, usan y seguirán usando los blocs de notas. Los blocs de notas forman parte inseparable del trabajo de muchos y herramienta de expresión del arrebato imaginativo de otros. Los blocs de notas normalmente se separan por el tipo de encuadernación. El tamaño más habitual de los blocs de notas son el formato A5, la mitad de un folio A4, o todavía más pequeños.
Encuadernación con espiral
La típica espiral de alambre (que puede ser simple o doble) permite mantener las notas en el mismo cuaderno simplemente dando la vuelta a la hoja. De este modo las notas de días u horas anteriores estarán siempre disponibles en la misma libreta en sus páginas anteriores. A la vez existen dos tipos de espirales: la simple o la doble.
Encuadernación con grapado
La versión grapada de los blocs de notas la hace perfecta para ocasiones en las que debemos arrancar las hojas para por ejemplo, entregarlas en mano. Por esa razón muchas de las versiones de blocs de notas destinadas a comercios y profesionales (hojas de recibos, hojas de facturas, servicios…) son blocs de notas grapados con la hoja troquelada para que se pueda arrancar fácilmente.
Encuadernación con encolado/cosido
El cosido otorga una imagen y percepción de “artesanía” al bloc de notas. Por esa razón este tipo de blocs están más orientados para tomar notas personales. Los blocs de notas cosidos/encolados (muchas veces incluso ambos métodos) se pueden almacenar fácilmente sin que se estropeen.
Cuadernos
Los cuadernos (las conocidas como libretas) normalmente se utilizan para tomar notas de forma extensa o para el desarrollo de conceptos más complejos que los que pueden desarrollarse mediante blocs de notas. Por esa razón la gran mayoría de cuadernos son con encuadernación en espiral (para poder mantener la información en otras hojas y continuar escribiendo en las siguientes). Los cuadernos se clasifican normalmente mediante el tipo de tapa que tienen.
Tapas blandas
Fabricadas en cartón o cartón plastificado. El cuaderno es flexible y normalmente el más económico.
Tapas duras
Fabricadas en cartón contracolado, es decir, varias capas de cartón encoladas una encima de la otra.
Tapas extraduras
Fabricadas en cartón encuadernado, es decir, contracolado y recubierto por encima con capa de papel encuadernado. Es el más rígido de todos
Tapas de plástico
El material más utilizado es el polipropileno, que puede ser traslúcido y de varios colores.